El verano trae consigo un aumento de las temperaturas que, si bien es ideal para disfrutar al aire libre, representa un gran desafío para las instalaciones cárnicas. El calor, que ya no se va hasta bien entrado septiembre, intensifica los riesgos de contaminación y deterioro en los productos cárnicos, lo que hace imprescindible una estrategia de limpieza profesional y desinfección más rigurosa y eficaz.
En este artículo del blog de Covamur, vamos a comprobar cómo las altas temperaturas afectan la seguridad y calidad de la carne y cuáles son las mejores prácticas de limpieza profesional.
El impacto del calor en la seguridad de los productos cárnicos
El período estival, el cual ya puede prolongarse más meses de los habituales, está atado a un factor inevitable: el calor. En las instalaciones cárnicas, las altas temperaturas favorecen la proliferación de microorganismos, lo que compromete la calidad del producto. En esta situación, es esencial regular cuidadosamente la temperatura y reforzar las prácticas de limpieza profesional.
En verano, cada detalle es decisivo para mantener la integridad de la carne
Siguiendo esta premisa, las instalaciones cárnicas deben implementar medidas adicionales para regular la temperatura, tanto en las áreas de procesamiento como en las de almacenamiento.
El uso de sistemas de refrigeración eficientes es vital, pero no es suficiente. ¿Qué significa esto? Que debemos complementar estas medidas con prácticas de limpieza y desinfección que minimicen la posibilidad de contaminación.
Las 5 mejores prácticas de limpieza y desinfección en verano
- Aumento de la frecuencia de limpieza profesional: En verano, es recomendable aumentar la frecuencia de limpieza de todas las áreas donde se manipulan productos cárnicos. Esto incluye suelos, paredes, equipos y utensilios. La acumulación de residuos en superficies puede ser un caldo de cultivo para bacterias, especialmente en ambientes cálidos y húmedos.
- Uso de desinfectantes avanzados: Las altas temperaturas también pueden reducir la eficacia de ciertos desinfectantes. Debemos utilizar productos diseñados específicamente para resistir condiciones extremas, garantizando así la eliminación de patógenos resistentes.
Los productos a base de peróxido de hidrógeno y ácido peracético, por ejemplo, son altamente eficaces en ambientes calurosos.
- Capacitación continua del personal: Los empleados deben estar preparados al máximo para identificar y responder a los riesgos específicos que el verano trae a las instalaciones cárnicas. Es decir, deben controlar habilidades como, por ejemplo, el reconocimiento de signos tempranos de contaminación o la implementación inmediata de medidas correctivas.
- Regulación estricta de la temperatura: Mantener una temperatura constante y adecuada en todas las etapas de la cadena de producción es vital. La refrigeración y congelación adecuadas son clave, pero también lo es el monitoreo constante de las temperaturas.
En Covamur aplicamos el uso de sistemas automatizados que son capaces de alertar sobre cualquier fluctuación que pueda comprometer la seguridad de los productos.
- Revisión de los procesos de limpieza profesional: Evaluar y, si es necesario, revisar los procedimientos de limpieza para adaptarlos a las condiciones veraniegas puede prevenir problemas. Por ejemplo, la revisión de los tiempos de contacto de los desinfectantes y la adaptación de las técnicas para maximizar la eficacia.
El verano no tiene por qué ser una temporada de alto riesgo para las instalaciones cárnicas, siempre y cuando se implementen las estrategias adecuadas de limpieza profesional y desinfección. Adaptarse a las temperaturas elevadas con soluciones avanzadas y mantener una vigilancia constante sobre las condiciones de producción garantizará la calidad y seguridad de los productos cárnicos.
Tecnologías innovadoras para la limpieza en instalaciones cárnicas
La innovación en tecnologías de limpieza y desinfección ha permitido a las instalaciones cárnicas afrontar los desafíos del verano con mayor eficacia. El uso de la tecnología de ozono en los sistemas de agua, por ejemplo, ha demostrado ser un método eficaz para la desinfección sin dejar residuos químicos.
Otra de las tecnologías más habituales la encontramos en los sistemas de nebulización con peróxido de hidrógeno. Opciones que son cada vez más populares por su capacidad para desinfectar grandes áreas de manera uniforme y eficiente.
La tercera gran tecnología emergente es el uso de luz ultravioleta (UV-C) para la desinfección de superficies. Este método, que no depende de productos químicos, es altamente efectivo para eliminar microorganismos en áreas críticas sin generar subproductos peligrosos.